Si un día,
el viento toca a tu puerta,
el aire te susurra al oído
y tu pelo aparta de la cara
para acariciar tu rostro,
y el sol te dá los buenos días.
el aire te susurra al oído
y tu pelo aparta de la cara
para acariciar tu rostro,
y el sol te dá los buenos días.
Sólo acuérdate que yo
me desvelé aquella noche,
para desearte bella niña
un buen comienzo de vida.
Un buen café para despertar
caliente y denso
como tus ojos profundizan
en mis dulces pensamientos.
Vestida de sueños
y maquillada de luz,
ya es la hora
ya es la hora
y estás dispuesta a salir.
Tranquila mi niña,
ya he puesto la calle para tí,
te espera un dulce camino
de algodones.
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